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AYTO BURGOS
Capital Cultural Candidata 2031

FESTIVAL DE LAS MARZAS

Con motivo de la celebración de la tradicional ronda y canto de las Marzas, el Ayuntamiento de Burgos organiza y patrocina este festival, bajo la dirección artística, técnica y coordinación del Comité de Folclore Ciudad de Burgos.

A lo largo de sus cuarenta y tres ediciones, este mítico festival —iniciado en el año 1983— se ha consolidado como una de las citas más representativas del calendario cultural burgalés. Cabe destacar que en los años 2020 y 2021 no se celebró debido a la pandemia COVID 19.

Durante los primeros años, la organización de este festival estuvo a cargo de la Escuela Municipal de Dulzaina, bajo la dirección del folclorista D. Justo del Río Velasco. Posteriormente, la responsabilidad pasó a la agrupación Danzas Burgalesas Justo del Río, y desde el año 1987 es el Comité de Folclore Ciudad de Burgos quien se encarga de su puesta en escena, patrocinado en todas sus ediciones por el Ayuntamiento de Burgos.

El festival cuenta con la participación de las agrupaciones pertenecientes al Comité de Folclore Ciudad de Burgos. En las últimas ediciones, además, se invita a grupos de otras regiones y provincias que también mantienen viva la tradición de las Marzas.

El festival constituye una gran puesta en escena con agrupaciones folclóricas de la ciudad que reúnen a más de 350 personas entre danzantes y músicos. Es un evento que apuesta por mantener vivas nuestras tradiciones a través de la danza, el canto y la música.


La representación comienza con el tradicional canto de Marzas, seguido de un recorrido por distintas expresiones del acervo cultural castellano.

Las Marzas: origen y significado

Las Marzas son cantos de ronda de carácter petitorio que los jóvenes entonan la noche del último día de febrero. Esa noche, los marzantes —cuadrillas de mozos— salen por las calles del pueblo al anochecer o a medianoche para pedir especies, generalmente huevos, chorizos, morcillas u otros productos del cerdo, con los que después organizan una merienda.


Dicha merienda, según lo recolectado, puede celebrarse esa misma noche o en días posteriores.

Las Marzas constituyen una de las tradiciones más antiguas y simbólicas del ciclo festivo popular castellano. Se celebran en la noche del 28 de febrero al 1 de marzo, marcando el tránsito del invierno a la primavera.


Su denominación procede del mes de marzo (Martius, en latín), cuando en el antiguo calendario romano se conmemoraba el inicio del nuevo año.

En esencia, las Marzas son cantos rituales de bienvenida al nuevo mes, al ciclo agrícola y a la renovación de la naturaleza. Tradicionalmente, eran interpretadas por grupos de mozos que recorrían el pueblo entonando coplas y solicitando recompensas en forma de alimentos o vino.

Raíces y evolución histórica

El origen de las Marzas se remonta a los ritos agrarios precristianos del norte peninsular. Diversas fuentes etnográficas y filológicas coinciden en que se trataba de celebraciones vinculadas al culto solar y a la fertilidad de la tierra.


El cambio estacional, el despertar de la naturaleza y la esperanza en nuevas cosechas constituían los ejes simbólicos de estos ritos.

En la antigua Roma, el mes de marzo estaba dedicado a Marte, dios de la guerra, pero también protector de los campos. El inicio del año agrícola coincidía con este mes, y en muchas comunidades se realizaban procesiones y cantos para propiciar buenos augurios.

Las antiguas invocaciones a las fuerzas naturales se reinterpretaron en clave religiosa, aunque muchos de sus símbolos —el fuego, la música, las ofrendas o los deseos de fertilidad— se conservaron, adaptados a la nueva espiritualidad.

Durante siglos, las Marzas fueron también un rito de paso y una manifestación comunitaria. Los mozos, organizados en cuadrillas, recorrían las casas del pueblo para dar la bienvenida al nuevo tiempo y recolectar alimentos con los que celebrar una comida o merienda colectiva.


De este modo, las Marzas fortalecían la cohesión social, reforzaban la pertenencia al grupo y mantenían viva la comunicación simbólica entre generaciones.

Difusión geográfica y variantes

La tradición de las Marzas está profundamente arraigada en Burgos y Cantabria, aunque también se conserva en algunos lugares de Asturias, León, Palencia, Soria, Valladolid, Segovia y Vizcaya, e incluso existen testimonios de su práctica en zonas de Salamanca y Orense.

En la provincia de Burgos pueden distinguirse dos formas de interpretación: una propia de la zona norte y otra de la zona sur.


Se ha constatado su canto en 117 localidades del norte y 159 del sur, lo que suma un total de 276 pueblos donde se mantiene viva esta tradición.

En Burgos, la celebración tiene lugar la noche del 28 de febrero al 1 de marzo, fechas que definen el sentido más genuino de las Marzas. También existen variantes estructuralmente similares, como los cantos de Reyes o Águedas.

En muchos pueblos de Burgos, Cantabria y Palencia, los mozos se reunían días antes para ensayar las coplas marceras, limpiar instrumentos y planificar el recorrido.


El grupo, formado por una docena o más de jóvenes, era dirigido por el marzero mayor o guía, encargado de iniciar los cantos.

Durante la ronda, al caer la noche, los marceros recorrían las calles deteniéndose ante las casas principales para pedir permiso con la tradicional fórmula:

“¿Cantamos o rezamos, o nos vamos?”

Si los dueños accedían, se entonaban coplas de saludo y buenos deseos, seguidas de otras dedicadas al amor, la fertilidad o la moral cristiana.


A cambio, los vecinos ofrecían chorizo, morcilla, huevos, pan, vino o dinero, que se recogían en cestos para la posterior merienda o cena —la marzada—, momento de convivencia y de cierre simbólico del invierno, acompañado de bailes, coplas improvisadas y juegos.

Estructura y estilo musical

Las coplas marceras suelen ser versos octosílabos, agrupados en cuartetas o quintillas con rima consonante o asonante. Su tono es sencillo y popular, cercano al romance, alternando versos de saludo, petición y despedida.

Ejemplo clásico burgalés:

Marzo florido, seas bienvenido,
que Dios te dé gracia, salud y abrigo.

Danos el vino, danos la choricera,
que estamos cantando por la primavera.

 

Los temas principales de las Marzas son:

  • La bienvenida al mes de marzo y a la primavera.

  • Los deseos de prosperidad y fertilidad para campos y ganados.

  • Las peticiones de obsequios (vino, pan, chorizo, huevos).

  • Los elogios y bromas dirigidos a los vecinos.

  • Las invocaciones religiosas en versiones más recientes.

 

Desde el punto de vista musical, las melodías presentan:

  • Ritmos binarios o ternarios (generalmente en compases de 2/4 o 3/4).

  • Escalas modales, con giros pentatónicos.

  • Interpretación coral a varias voces, con un solista que inicia y el grupo que responde.

 

Preservación y actualidad

Durante el siglo XX, las Marzas sufrieron un progresivo declive debido a la despoblación rural, el cambio de costumbres y la pérdida de la transmisión oral.


Sin embargo, desde las décadas de 1980 y 1990 se ha producido una importante recuperación gracias a la labor de colectivos culturales, ayuntamientos y escuelas de música tradicional.

En algunos casos, los grupos visten trajes tradicionales, portan faroles y acompañan el canto con instrumentos populares.


Las Marzas son un símbolo identitario de la cultura castellana y burgalesa. Transmiten valores de cooperación, respeto a la naturaleza, memoria histórica y orgullo local.


Su inclusión en los programas escolares y su presencia en festivales de folclore contribuyen a mantener vivo este patrimonio inmaterial de gran valor.

La UNESCO, a través de su programa de Patrimonio Cultural Inmaterial, promueve precisamente la conservación de manifestaciones como ésta, por su función comunitaria y su riqueza simbólica.

Fuentes y reconocimiento lingüístico

La primera referencia escrita a la palabra “marzas” data de 1847, cuando el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de Pascual Madoz describe una feria celebrada en San Verísimo de Celanova (Orense) el día de San Rosendo, 1 de marzo.

La palabra apareció por primera vez en un diccionario de la lengua española en 1910, con dos acepciones:

  1. Copla que, en Nochebuena, Año Nuevo o Reyes, cantaban los mozos por las casas de las aldeas.

  2. Obsequio de manteca, morcilla, etc., que se daba a los marzantes por cantar o rezar.

 

En la actualidad, la Real Academia Española (RAE) define las marzas como:

  1. Cantos populares en alabanza de la primavera.

  2. Obsequio de manteca, morcilla, etc., que se da en cada casa a los marzantes.

 

Conclusión

Las Marzas constituyen una de las expresiones más antiguas y completas de la cultura tradicional castellana, combinan canto, poesía, ritual y sociabilidad.


A través de sus coplas, el pueblo ha sabido mantener un lenguaje simbólico que celebra el renacer del tiempo, la amistad y la esperanza colectiva.

Su recuperación y celebración anual demuestran el interés por preservar las raíces culturales y mantener vivas las tradiciones que durante siglos unieron a las comunidades rurales.

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